miércoles, 22 de julio de 2009

Desde el albergue de Pekin.

Lo primero, explicarme: no he escrito antes en este blog que anuncié a bombo y platillo porque… había olvidado un pequeno detalle: China no es exactamente un país del todo libre. Resulta difícil recordarlo cuando uno está aquí, recorriendo la calle Fuo… la calle Fuomen… bueno, no sé cómo demonios se llama la calle comercial en la que acabo de zamparme unas brochetas de pollo y cerdo (espero). La calle en cuestión está llena de tiendas, anuncios, carteles luminosos. Venden bebida en todas las esquinas. Justo delante de un inmenso centro comercial en el que se anuncian Gucci, Hermes y otro montón de marcas occidentales.

 

Eso sí, uno puede encontrar Coca Cola por todas partes pero… apenas Pepsi. Tal vez eso sea una pista. China da la impresión de ser uno de los países más capitalistas del mundo. Pero es uno de los más controlados a la vez. El gobierno permite la entrada de muchas firmas extranjeras pero… en una situación controlada. Para las marcas extranjeras es como pescar en un estanque. O en una bañera llena de peces (en esta atrevida metáfora los peces son los chinos, los pescadores, los empresarios). Eso sí, las empresas en muchos casos deben asociarse con el gobierno chino o acatar sus imposiciones. No es el socio más presentable, pero ya sabemos que las empresas occidentales, en contadas ocasiones, son capaces de apartar sus escrúpulos para conseguir beneficios.

 

A lo que voy… el control del gobierno impide que millones de chinos puedan acceder a páginas como Facebook o Blogger. Y los que pasamos por aquí, pese a no ser chinos, tampoco podemos entrar. Así que, yo no puedo acceder a mi propio blog. No puedo leerlo, así que, evidentemente, tampoco escribir en él. Si hay suerte, esto lo publicará mi amiga Cris (gracias, Cris) después de que se lo envíe por email. Espero que no haya ningún funcionario chino dedicado a leer las actualizaciones de blogs de guionistas españoles porque, si lo hay, me temo que estos amigos de la libertad no me dejan salir de aquí en unos cuantos años.

 

Hace unos años, en la carrera, un profe nos hablaba de las características que debía cumplir un país para tener una democracia de calidad: que si representatividad de los diputados, que si el check and balance, que si la independencia entre los diferentes poderes del Estado… Yo le diría ahora `sí, señor Gómez Antón, tiene usted razón pero… creo que tengo la prueba del algodón: un país es democrático si uno puede leer en él los estados de Facebook de Jaime Palacios, de Cristóbal Garrido o, qué demonios, los míos. Eso es democracia. Poder escribir sobre lo que te apetezca, aunque sea un análisis minuto a minuto de la ultima gala de Granjero busca esposa desde el punto de vista de un psicólogo lacaniano. Disfrutad de ella, vosotros que la tenéis, chicos.

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