lunes, 3 de agosto de 2009

Anuncios con cifras










Si alguien lee este blog, cosa que no tengo oportunidad de comprobar gracias a la idea de democracia que tienen los gobernantes chinos, tal vez esté ligeramente soprendido sobre mi trayecto: escribo algo sobre un bar de expatriados en Shanghai y luego vuelvo a colgar imágenes de Pekín. Voy a aclarároslo: dejé Pekín en un tren nocturno hace ya más de una semana. Pero por problemas técnicos no pude colgar fotos de esa ciudad hasta que estuve en Shanghai.









En Shanghai, me hospedo, gracias a la hospitalidad de Ines, una amiga alemana que trabaja en la Expo, en una casa del barrio llamado la Concesión Francesa (Luwan para los nativos). En cuanto llegué, Ines, incrédula, señalaba al cielo mientras paseabamos por el barrio: "¡Has traído el buen tiempo!" - me decía, eufórica. Dice que desde que llegó a la ciudad, hace medio año, no había tenido ocasión de comprobar que en Shanghai, por encima de la contaminación y la inmensa nube gris, el cielo también es azul.

El domingo, cuando el cielo era todavía más azul, nos fuimos a dar un paseo por el parque de la Plaza del Pueblo. Allá vimos a un montón de gente mayor colgando anuncios manuscritos en chino. Observándolos, nos fijamos en había descripciones de personas (cifras reconocibles como año de nacimiento, altura...) y números de teléfono de contacto. Al principio creímos que se trataba de padres que buscaban a hijos u otros familiares. Sin embargo, unos cuantos chinos que nos abordaron para practicar el inglés cuando casualmente pasábamos por el English Corner del parque, nos acabaron de aclarar el misterio: esos padres no trataban de encontrar a desaparecidos, sino que estan buscando novio o novia para sus hijos. Les preguntamos porqué no había apenas fotos. Nos dijeron que eso no era tan importante. Lo crucial estaba en los anuncios: características físicas, teléfono de contacto y... sueldo. También se hacía constar el empleo y las propiedades de los interesados. Interesados que, por cierto, no estaban presentes en el parque. Los chinos angloparlantes que se iban arremolinando a nuestro alrededor nos explicaron que los padres pueden intentar buscar pareja a sus hijos, pero no tienen derecho a decidir por ellos. Eso terminó, dicen, orgullosos, cuando, hace sesenta años, se constituyó la República Popular China.

2 comentarios:

  1. Inés, estás como un queso txino. Daniel, te estarás poniendo las botas...

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  2. Aquí también deberían poner el sueldo y propiedades antes de la convivencia permanente!! jajajajjaa....digo, no estaría mal no??

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